Conocí ricos que vendían jamones a sus empleados en Navidad.
Conocí ricos que habían de tener amantes a toda costa para demostrar su status.
Conocí ricos que dejaron de pagar a sus empleados para defender lo suyo de la crisis.
Conocí ricos que agitaban su conciencia en el fondo de una copa de cóctel en cenas de beneficencia.
Conocí ricos que alardean de que desde que hay crisis viven mejor que antes.
Conocí ricos cuyos sentimientos fluctuan en bolsas, acciones y sociedades.
Conocí ricos que me perdonaron la vida por hablarles o saludarles.
Conocí ricos cuyas relaciones familiares se multiplican en sociedades bajo el cielo de lejanos paraísos fiscales.
Conocí ricos cuyos coches casi me atropellan. No, no hubo suerte.
Conocí ricos que ... ¿Y aún se preguntan nuestros sagaces políticos si hay que subirles los impuestos? ...
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