jueves, 30 de marzo de 2017

Rutinas

Almas catapultadas

del éxito al abismo,

minutos terciados

descarrilando aullidos de locura

entre religión y sistema,

culpables y justificadas.

Él se adentra en la nada,

de otra mañana

cualquier día,

vuelve sus pasos solos,

arranca chispas

de una cadena imantada,

Falta el espacio

que asegura la errata

donde ella,

abre la puerta

docenas de veces,

siempre esclava de sus gestos,

vuelve a ser

autómata en la sala

Inciden ángulos,

esquinas sombreadas

bajo una obtusa mirada

que comprender sin ganas.

Sortean cortinas,

blancas y pesadas

arrancan vestiduras

de estátuas apenadas

por la tarde que cae

demasiado aprisa,

que nunca me espera,

nunca  deja tiempo

a que la siga,

a que le hable al oído

y que mi sola voz

le pare en seco,

y no vuelva

 que no me abandone nunca

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