martes, 27 de febrero de 2018

Caso

Total, lo de todos. Caso, que le hagan caso y sienta su razón para existir y ser sintiéndose alguien. Tan simple y corriente, tan viejo y usado.

Se escuda entre quejas llorosas, apenas balbuceadas entre anhelos, precipitando palabras para atrapar espacios y tiempos, cantos de tristes sirenas que no consiguen su fin. Nada se mueve entre la tele, la cama y una butaca entre los que juega a dar esquinazo y un sentido a la vida. Entre el regusto de la traición de los propios sueños, la ciega ilusión de una vida cumplida y completa cuando se revela que el fin no llegará a tiempo de poder soportarla.

Tobillos hinchados, manos retorcidas aferrando resto de un cariño residual, asistiendo aterrorizados a la fragilidad de ir desapareciendo segundo a segundo, y para siempre. Células que mutan a otro yo desconocido y terrible.



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