Desdibujados
los contornos
de las esquinas
en noticias y
titulares postreros,
su poso acertado,
de quienes fuimos,
aspirantes inocentes
bajo pieles
de toros sangrientos
refrescados
sobre barras de chapa,
a la sombra
de siestas
circuladas
de mieles
y moscas.
Mosquitos
en batallas
contra el
hambre eterno,
asombrados,
y ya por siempre
perplejos, ante
los propios pies
cuando acaben
y se vayan
por delante
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