Dejarse querer, sin darse ni cuenta
siquiera. Confiesas
las dudas que trazan bifurcados senderos,
siento el sabor
de tus mentiras y falsas verdades
escondidas en el
lomo de cualquier
libro que llene obvias palabras
que no salgan por tu boca.
El conocimiento ignorante
de la propia piel quedó
astillado en algún
nivel antes de la inconsciencia
y yo enredada en la
misma desmadejada
historia que no podrías
creer haberme
contado antes jamás
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