viernes, 24 de abril de 2020

Suerte

La Suerte y la Fortuna
se miran, sin verse,
y pretendo un
cuidado sobrehumano,
eterno, en mi desvelo
para justificar mi presencia
a un horóscopo chino de
Año Nuevo.
Recorro mensajes
que se han ido vaciando,
páginas que se han
cerrado sin capítulo.
Visto por nadie,
perdiendo mi rastro,
tras unas gafas que
no consiguen desempeñar,
desempeñarme de la
indeleble incomunicación.
Exceso, defecto, camino inverso
en tropiezos y quebrantos,
el duelo que habita entre
las viejas costillas, lo que
no hablamos, lo que decimos,
nunca llegamos a tiempo,
por más que anote una nueva fecha
y una próxima hora,
sólo cobran sentido en la última

No hay comentarios:

Publicar un comentario