viernes, 8 de mayo de 2020

El Futuro

El futuro es obeso, pálido. Tiene ridículos brazos, y carece de pies. Solo es capaz de ofrecer un hambre feroz y aburrida.
Calles en procesión, regueros de pólvora.
Tus pasos se aprestan a dejarse de oír, la vida se escapa entre lo peor y lo inexistente. Una invención empeñada en sentidos, ahora que no sabemos ni cómo ni si seguir.
Vendrá el odio, a golpes por la espalda, a rabias y raudales, no era éste el mundo al que fuimos traídos, la tierra prometida que otros disfrutaron y ahora se nos arranca.
Sorprendidas mentiras y razones, el silencio sonoro nos abraza, la tierra sigue crujiendo y ahora empezamos a escuchar lo que no es nuestro ruido, sordas quejas y justificaciones que solo se repiten en mayor o menor medida y son propias e intransferibles, o intolerables cuando golpean a más ¿No vistéis venir el golpe? Todos los que recibí también eran vuestros. Pero no, decís, no es lo mismo.
Un ensayo general de la torpeza, un experimento cuyas efectos secundarios amputaron tantas vidas.
El yo, el Superyo, el Omniyo, ciegos corremos y chocamos, perplejos, perdidos en nuestra miseria y bañados en una luz imperceptible desde nuestra diminuto tamaño, que resulta inversamente proporcional al de la sombra que proyecta nuestra soberbia.

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