martes, 7 de febrero de 2012

La Máquina de los Sueños


Morfeo me ha castigado, ha estropeado mi máquina del sueño.
Primero fueron unos pavorosos ronquidos, luego el bebé de mi vecina para acabar abriendo las compuertas de la máquina de las palabras que se unen, danzan y forman ensoñaciones que intento plasmar sin suficiente velocidad como para poder seguirlas en todas su evolución coreográfíca.
Ahora delante del blanco sobre negro lienzo no recuerdo que quería capturar.
Sí recuerdo algunos de los sueños con los que Él solía visitarme y había uno que se repetía asiduamente en un extraño cementerio, como si de un decorado del Gabinente del Dr. Caligari se tratase, con un reloj en el que, al recorrerlo, acababa encontrando un cadáver en el que reconocía el pelo de mi madre. También recuerdo algunos otros repetidos y que a veces me vuelven a visitar auqneu cada vez con menos frecuencia de pértigas voladoras o barrancos de infinita caída libre y un despertar físico y rebotado.
Algunas veces nada recuerdo de mis sueños y otras hasta el despertar es casi parte del mismo.
¡¡¡Dioses malvados que otorgáis dones a cambio de sacrificios: quiero dormir!!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario