Los meses habían transcurrido de mal en peor. Todo, todo era un despropósito desde el trabajo hasta su novia todo había dejado de tener sentido.
Apenas compró dos cartones de leche y unos tomates para tirar aquella semana cuando aquella mujer casi le atropelló con su carro rebosante de artículos incontables, no pudo más que apartarse para no resultar atropellado y dejar que se colara impunemente. En la caja colgaba un cartel de "Sólo 10 artículos" y pese a que fue apercibida por él y la propia cajera la mujer obvío la situación cuando llegó su marido y decidieron, estupidamente, fraccionar el pago. Aquello empezó a resultar infernal, problemas con el precio de un artículo, problemas con unas ofertas, más problemas con unos vales de descuento... El calor, la sed y el sudor se empezaron a apoderar de él, que veía como encima llegaría tarde a la cita con su chica, más problemas añadidos.
Y se lo juro, Sr. Juez, no recuerdo como los dos cartones de leche se estrellaron en sus cabezas.
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