Hemos parado el reloj, hasta los atómicos.
El momento de encontrarnos, antes perdidos y desconocidos. Tus ojos son el fuego en el que me quemo.
Caricias de labios en flor, pétalos que caen sobre tus ojos, tus mejillas, tu cabeza, lluvia de pétalos sobre tí mientras mis manos buscan tu pecho, tu corazón para sentir cada latido, en medio de una hermosa selva oscura.
Olor a peligro que asciende por mis piernas, urgiendo mi cuerpo a tu búsqueda, al encuentro de tu flor enardecida, clavel reventón, delicada belleza llena de orgullosa potencia, luna creciente que acaricio en mi boca, retengo y beso, retomo y encuentro para provocar todo tu ser y recibir el sabor intenso de tu cuerpo entregado, adorado.
Volver a tu boca para recibir el hálito de tu alma, tus ojos oscuros brillan más que nunca. Susurrando a tu oído: Hemos vencido al tiempo.
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