sábado, 3 de marzo de 2012

Dhaka

Por circunstancias diversas nos conocimos a través de correos circunstanciales. Ella vive en Bangladesh y con el tiempo y el trato amablemente cordial que manteníamos sintió la necesidad de convertirme en lejana confidente en un país y una cultura en los que no se la censurase. Me acabó confesando la loca relación que mantenía con un compañero de trabajo casado, el miedo a ser descubierta y denunciada por su propia fe, de ser apartada por su propia religión y su familia.

Fueron largos correos llenos de angustia en busca de una salida, de alguna llave para la esperanza, de el encuentro con su propia identidad como mujer más allá de sus fronteras dadas su formación universitaria y profesional. Intenté darle orientanción hacia diversas salidas pero nuestra correspondencia se congeló durante largos meses.

Hoy he recibido la foto de su reciente boda y me pide que rece por ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario