lunes, 12 de marzo de 2012

Lulu vs Lola Lola

La Fatalidad, el Destino, el cuerpo y las manos de una mujer. La sexualidad plena de una mujer que desata, como sacerdotisa experta, el nudo del yo oculto y enciende todas las luces para mostrar desnuda la que esconde la oscuridad del ser, impúdica y desvergonzadamente. Sólo con ser ella misma, por su deshinibición, se le adjudica ser conocedora del alfa y omega, del interludio que llamamos vida, de la constatación de que no existe otra oportunidad más y ésto es todo lo que hay poseedora de la carne y todos los pecados de la miseria humana. La habilidad de elevar los secretos más íntimos al delirio del paraíso, rozando el desvanecimiento y la consumación del éxtasis, casi al mismo borde de la muerte en medio de la enajenación y la propia autodestrucción. La degradación de la moral para romper convencionalismos y encontrar la propia naturaleza. Azote de moralinas, por eso la religión siempre intentará castigarla y someterla.

Erigir un escenario, representar una obra, prestar cierta atención a lo aparente, regar la boca del aguardiente de la pasión, conocedora de su poder sobre los sentidos para rendirlos a sus pies. encarnar los sueños como forma de arrebatarlos, jugar con la inocencia para aniquilarla es algo de lo que se la culpará frecuentemente, pero darles lo que quieren ¿es algo malo?
¿Dónde están los límites entre ella y el espejismo que provoca y sugiere en los
que la desean? Quizá es sólo una excusa y una forma de retener su libertad por un instante siendo poseedores de su plenitud y energía sexual, una forma de intentar someterla. Ella sólo señala lo evidente, lo que existe de antemano.

"La Caja de Pandora" es una película muda del director austriaco Georg Wilhelm Pabst rodada en 1929. En el mismo año, también el compositor austriaco Alban Berg inició la creación de su ópera "Lulu" que dejaría inconclusa tras su repentina muerte en 1935.

El guión de "La Caja de Pandora" está basado en una adaptación libre de dos obras del escritor alemán Frank Wedekind: "Erdgeist" (El Espíritu de la Tierra) escrita en 1895 y "Die Büchse der Pandora" escrita en 1904, adaptadas por el mismo Georg Wilhelm Pabst en colaboración con Joseph Fleisler y Ladislaus Vajda (padre del director húngaro y "españolizado" Ladislao Vajda), obras enmarcadas dentro del expresionismo alemán, movimiento heterogéneo y vanguardista de principios del siglo XX que pone de manifiesto la libertad individual, la expresión de los sentimientos e incluso la soledad y la miseria humanas desde un claro fatalismo.

En 1930, el director, también austriaco, Josef Von Sternberg rueda "El Ángel Azul" con dos versiones en Alemán e Inglés, siendo la primera película sonora alemana. La película se basa en la obra "Professor Unrat" (Unrat quiere decir literalmente "basura" y es el mote burlón con el que los alumnos conocen a su estricto profesor) del escritor Heinrich Mann (hermano del también escritor Thomas Mann) que adaptan una triada de guionistas: Karl Zuckmayer, Karl Vollmuller y Robert Liebmann.

Lulu es la protagonista de "La Caja de Pandora". Interpretada por la bellísima actriz Louise Brooks que fue paradigma de belleza a imitar en su época y el colmo de la sofisticación y la elegancia. Lulu es una mujer caprichosa y apasionada, inocente y perversa, que vive el momento alocadamente y lo disfruta como un juego de poder en el que obtener sus caprichos. Pero es también un objeto de deseo que pretende ser controlado por la codicia de hombres y mujeres, pues "La Caja de Pandora" es el primer filme que aborda el lesbianismo en sus escenas. La pasión y la muerte cruzándose en su mundo. Víctima o ejecutora de su destino y su vida, cada vez más terribles y crudos para acabar convertida en víctima a manos del mismísimo Jack el Destripador, asesinada irónicamente el día de Nochebuena. Un sentido lúdico, la alegría de vivir, derrotados por el horror y el dolor: la vida misma.


Lola Lola, más que Lola, cantante y cabaretera en "El Ängel Azul", una mujer directa y descarada, sin pelos 
en la lengua ni 
convencionalismos que desata un erotismo feroz como fetiche sexual. Interpretada por Marlene Dietrich en su debut cinematográfico como estrella en el que destila una rotunda sexualidad, segura de si misma, casi hombruna y deshinibida. sublimación de la carne, desprecio del espíritu. Su rostro virginal, andrógino y demoniaco de sombras y luces, magistralmente fotografiado por Günter Rittau & Hans Schneeberger, es capaz de deslumbrar y cambiar la vida del triste y pobre hombre, el profesor Inmanuel Rath, tan rígido y chapado a la antigua, interpretado por Emil Jannings, un actor suizo nacionalizado alemán que había colaborado anteriormente con Von Sternberg.

Ellos no son inocentes, sólo víctimas de su propio convencionalismo y represión contenido, y sólo alcanzan a ver en estas Femmes Fatales sus propios deseos y tormentos, su propias limitaciones, una vida que no es suya. Ellas son libres aparentemente pero al menos se enfrentan lo que la vida les depara cuando no lo controlan ni manipulan.

Ambos nombres, Lulu, Lola Lola, no son casuales, nombres cortos, inolvidables, que se inician en una líquida y húmeda "L" en la caricia de la lengua sobre el paladar y una suave exhalación lateral del aire.

Ellas son sinceras de alguna forma, Lulu no esconde a sus antiguos amigos y "Falling in Love Again" del compositor Friedrich Hollaender, cuya letra adaptada al Inglés por Sammy Lerner del original "Ich bin von Kopf bis Fuß auf Liebe eingestellt" (literalmente: "De la cabeza a los pies: lista para el amor"), es cantada de forma crudamente irónica pero sinceramente inocente por la voz algo chillona y canalla, el acento alemán de la Dietrich arrastrando un leve deje cansado sobre las palabras en Inglés creando una melodía hipnótica: "no puedo evitar que los hombres quemen sus alas de polilla en mi llama", es una declaración de intenciones, una constatación que de nada vale, acabarán convertidos en Payasos de si mismos y bufones de su corte, polillas sin alas que han de vivir ciegas al calor de la luz que han querido que les mutile o, simplemente, a revelado una mutilación ya existente. Y como dice la canción de Lola Lola, es su naturaleza "I can't help it". Cada responsable y víctima de su propio destino, "fate", fatalidad, el/los hados.

La pasión como un abismo sin fondo que no terminamos nunca de, o no nos atrevemos a, explorar por completo, un lugar dónde no se ha de conocer la felicidad ni la paz, sólo la basura "Unrat", y una abyecta esperanza inconfesable del sexo como redención imposible pretendiendo que a partir de ese amor infeliz se alcance la omnipotencia, y dónde sólo se alcanzan los celos y la locura. Todo ello perfectamente consolidado bajo magníficas interpretaciones y direcciones en ambas películas y con trasfondos que traspasaron y marcaron la realidad fuera de la pantalla.

Louise Brooks, actriz, bailarina, modelo, y más tarde escritora y crítica literaria, era ya conocida en los EE.UU. en distintos filmes y en el papel de vampiresa por su película "A Girl in Every Port" (1928) dirigida por Howard Hawks, cuándo marchó a Europa en donde rodaría tres películas con Pabst que son las que más eco tendrían en su carrera. A su regreso a Hollywood, rechazó algunos papeles para estar con su amante George Preston Marshall (no confundir con el director George Marshall). También la introducción del sonoro la apartó de alguan forma de la primera línea de estrellas, retirándose definitivamente de la pantalla en 1938 con una actuación casi irreconocible en una película de John Wayne.

Louise había sido víctima de abusos sexuales en su infancia, a la edad de 9 años, por un vecino. A los 14 comenzó a beber alcohol. Estos hechos marcarían su vida y carrera llegando a confesar en los últimos años de su vida de ser incapaz de amar realmente y que aquel abuso marcaría su actitud frente el placer sexual. Los hombres cariñosos, suaves y tranquilos nunca eran suficiente, tenía que existir un elemento de dominación en sus relaciones. Tuvo muchos amantes y también experimentó con algún encuentro lésbico.

Fue redescubierta en los años 50 como icono por Henri Langlois, historiador de cine francés y también como musa en los cómics de Guido Crepax (Valentina) y Hugo Pratt (Lulú).


La pasión desbordante por Marlene Dietrich de su pigmalión y director de siete de sus películas, Josef Von Sternberg tambien trascendió el celuloide. Ella, su mito erótico, su mujer fatal. su creación pero también su diosa y musa, sería capaz de que él aceptase sumisamente convertirse en sólo uno más de sus múltiples amantes. Después de esos siete trabajos ya no volverían a colaborar juntos, ni el prestigio como director de Von Sterneberg a brillar de igual forma.

Marlene Dietrich seguiría con su carrera cinematográfica como estrella hasta 1965 y, a partir de esa fecha, con alguna colaboración esporádica, además de realizar algunos espectáculos con canciones de sus películas. Mantendría una vida privada discreta y aparentemente convencional: una marido y una hija, que no le impidieron disfrutar plenamente de su bisexualidad y promiscuidad.


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