Rodeada de vuestra belleza me soleáis el alma, poniendo bálsamo sobre mis heridas, renacida la esperanza de un mundo mejor y más digno de tanta belleza y tan desprendida.
De sincera poesía y canciones me acunáis delicadamente entre sueños despiertos de mis genes quijotescos. Absurda emprendedora de batallas perdidas, humana en la dimensión que considero merece esa palabra, eterna aprendiz de mis errores y aspirante a crecer más allá de mis propias limitaciones. Apenas un ser humano cualquiera entre grandes almas de profundidad divina.
Frente a las marismas salinas donde la luna mengua vuelve tu luna crecida, regada de estrellas vivas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario