domingo, 8 de abril de 2012
Alquimia & Medicina: Paracelso, Theophrastus Phillippus "Aureolus" Bombastus Von Hohenheim
"Darumb so lern Alchimiam, Die sonst Spagiria heibt,
Die lernt das falsch scheiden von gerechten"
“...por eso aprende la Alquimia, que de otro modo es llamada Espagiria,
ella enseña a separar lo falso de lo justo”
Paracelso, Opus Paramirum
Cuenta la leyenda que Paracelso hizo un pacto con la muerte, y cuando el sabio médico le reclamó haberse llevado a muchos más enfermos de peste de lo que habían acordado, la parca le respondió que ella había cumplido el acuerdo, pero que muchos más habían muerto de miedo.
Theophrastus Phillippus "Aureolus" Bombastus Von Hohenheim nació en 1493, cerca del lago Zurich, en una posada cercana a la capilla de Nuestra Señora Negra de Einsielden (Suiza) donde su padre ejercía de médico rural. Sus primeras impresiones son las de una vida ruda, adusta e incluso violenta. No está claro el suceso que le castró siendo aun niño, algunos autores refieren que sufrió un ataque de un oso y otros hablan de unos soldados borrachos alojados en la posada que cometieron tal atrocidad, aunque este suceso podría ser también fruto de su leyenda.
Poco tiempo después, su padre enviudó y buscó trabajo en Hutenberg, al sur de Austria, zona minera en la que además de la enseñanza de latín, botánica y cirugía, inició a Theophrastus en los secretos de la tierra y a familiarizarse con las llamadas "artes metálicas".
A los 14 años, Theophrastus comenzó un peregrinaje por diversas universidades y tierras: Granada, Lisboa. Inglaterra, Brandenburgo, Prusia, Lituania, Polonia, Hungría, Valaquia, Transivalnia, Croacia, entre otras, iniciándose en los conocimientos de la Astrología, y los conocimientos herméticos además de estudiar Medicina en la Universidad de Viena y doctorándose, supuestamente y a los 17 años, por la Universidad Ferrara aunque no sin una profunda decepción por la limitación de la enseñanza tradicional.
A los 23 años, sentía tener más que suficiente experiencia, pues había crecido observando la naturaleza y, junto a su padre, también a los enfermos. Convencido de que el arte de sanar había que buscarlo en la naturaleza y no en los libros y de que había que salir y recorrer el mundo para conocer las enfermedades y las medicinas naturales que usaban los campesinos, los artesanos, los barberos y las mujeres del pueblo.
Se llamó a si mismo Paracelso por considerarse superior a Aulo Cornelio Celso, un supuesto médico romano del siglo I y autor del "Tratado de Medicina".
A los 30 años publicó su primera obra "Paramirum", pero no en latín sino en alemán. Es una obra esquemática en la que analiza las causas generales de las enfermedades. Cinco esferas o "entia" determinan la vida humana: ens astrale, ens veneni, ens naturale, ens spirituale, ens Dei. Ens astrale, pues toda persona nace en el momento de una constelación y es hijo de su tiempo. Ens veneni, pues el hombre es parte de la naturaleza, está expuesto a sufrir la acción de las cosas que toma del mundo circundante. Ens naturale trata del camino que recorre el hombre desde su nacimiento hasta la muerte, camino determinado por su constitución y destino. Ens spirituale, pues el hombre tiene cuerpo y espíritu, y por el espíritu el mundo circundante se convierte para cada individuo en un mundo distinto y el hombre se hace pensador y creador. La enfermedad viene de la alteración del orden de estas cuatro esferas, la curación está determinada por la quinta: ens Dei. En esta primera obra se detecta ya al Paracelso místico y astrólogo, en un acercamiento a la antropología médica.
Prestó sus servicios en 1524 como cirujano militar para el ejercito imperial en Venecia. Inició entonces otro largo viaje por Europa, en el que llegó hasta Moscú, de allí, descendiendo a través de Kiev por los Balcanes, llegó al Asia Menor y a Egipto, desde donde regresó a Villach pasando por Italia. Muchos discípulos lo siguieron en estas andanzas. Dijo entonces: "Comadronas, curanderos, nigromantes, barberos, pastores y campesinos saben muchas cosas que aparentemente no han sido tomadas en consideración por los doctores eruditos. Los barberos, los médicos del pueblo, saben el arte de curar, no a merced de los libros sino a través de la luz de la naturaleza o por la tradición procedente de los antiguos magos".
Después de una corta estancia en Villach, partió a Salzburgo y luego a Estrasburgo. Pero aunque Estrasburgo parecía una ciudad idónea para vivir en la quietud tras haber recorrido el mundo y acumulado una enorme experiencia, un hecho ocurrido en 1526 lo hizo trasladarse a la vecina Basilea. Había enfermado el famoso impresor Frobenius, junto al cual vivía Erasmo de Rotterdam. Los médicos le habían diagnosticado una gangrena en el pie a Frobenius y habían aconsejado la amputación. Y Erasmo, que había oído hablar de ese extraño médico y de sus curas asombrosas, aconsejó mandarlo a buscar. Así llegó Paracelso a Basilea y curó a Frobenius. El ayuntamiento de la ciudad ofreció a Paracelso la vacante de médico municipal, con licencia para dar clases en la Universidad. Se había cumplido el gran deseo de Paracelso de poder transmitir su experiencia. Pero no alcanzó a durar un año, hasta 1527, en Basilea ya que su conocimiento al no limitarse a la tradición de los "doctores" sino que se ampliaba al conocimiento práctico y heterodoxo de barberos, curanderos, comadronas, exorcistas, alquimistas, monjes y todo aquel que le pudiera aportar un conocimiento más allá de los escritos, consiguió de inmediato la censura y desprestigio entre sus doctos colegas de profesión, y también por la proclamación de su desprecio a la tradición de conocimientos de Galeno, Rhazes y Avicena, poniendo por encima de ella las enseñanzas de la propia Naturaleza. Finalmente fue expulsado de la ciudad de Basilea como resultado de tal campaña y eso pese a continuar obteniendo favorables resultados en sus tratamientos, lo cual también desesperaba encarnizadamente a la clase médica de entonces.
La cosmología de Paracelso es por demás vasta: con plena raíz cristiana bajo el poder del Espíritu Santo, obró acelerando los procesos de la madre naturaleza. Hizo una verdadera ciencia con conciencia como es la alquimia en todos sus estadios. Su opinión de lo que un verdadero médico debe ser: "Aquel que puede curar enfermedades es médico. Ni los emperadores, ni los papas, ni los colegas, ni las escuelas superiores pueden crear médicos. Pueden conferir privilegios y hacer que una persona que no es médico, aparezca como si lo fuera pueden darle permiso para matar, pero no pueden darle el poder de sanar; no pueden hacerle médico verdadero si no ha sido ya ordenado por Dios. El verdadero médico no se jacta de su habilidad ni alaba sus medicinas, ni procura monopolizar el derecho de explotar al enfermo, pues sabe que la obra ha de alabar al maestro y no el maestro a la obra. Hay un conocimiento que deriva del hombre y otro que deriva de Dios por medio de la luz de la Naturaleza. El que no ha nacido para médico, nunca lo será. El médico debe ser leal y caritativo. El egoísta muy poco hará en favor de sus enfermos. Conocer las experiencias de los demás es muy útil para un médico, pero toda la ciencia de los libros no basta para hacer médico a un hombre, a menos que lo sea ya por naturaleza. Sólo Dios da la sabiduría médica", le granjeó muchos odios.
Sostenía que el hombre es triple: perteneciendo al mundo visible por su cuerpo físico, al mundo sideral por su cuerpo astral, y al mundo espiritual por su Alma inmortal o Mens. El Alma humana (no condicionada por las imperfecciones y defectos psicológicos) posee en sí todas las ciencias en estado latente. Quien se conoce a sí mismo, conoce implícitamente a Dios. Para él el Universo es un perpetuo flujo y reflujo de vida, que pasa por el hombre para ir de Dios a las cosas y de las cosas a Dios.
Paracelso se muestra fiel a la ortodoxia alquímica, con los tres principios (sal, azufre y mercurio) y los cuatro elementos, aunque esta teoría la desarrolló más ampliamente ya que, según él, a partir del Yliaster, primera materia, surgen dos principios: uno negativo, femenino y pasivo; otro positivo, masculino y activo (probablemente por sus viajes conocía las teorías del ying y el yang). Del encuentro de ambos surge el Caos, el Hyle, la materia primitiva que es el génesis de todo lo creado. Gracias a la luz, surgen de allí los cuatro elementos, y a partir de ese momento los diferentes seres que pueblan el universo. Sus trabajos continúan siendo objeto de estudio hasta el presente e incluso, se le podría precursor de los estudios celulares si nos podemos atener a la veracidad de su creación de un homúnculo mediante el tratamiento "in vitro" de semen de hombre.
Siguiendo la tradición platónica desarrolló los principios de correspondencia entre macrocosmos y microcosmos, el principio alquímico de analogía, como precursor de la homeopatía, y la concepción de la naturaleza como un organismo, como base de sus doctrinas, incluso dentro de una explicación natural a las, hasta entonces, especulaciones mágicas, denominando el principio vital como "archeus", el aspecto del plano astral más bajo y denso pero dentro del Holismo aristotélico y su "Metafísica".
Los estudios de Paracelso se basaban en la experimentación, rechazando toda aquella ciencia no conformada con la realidad, aunque pueda parecer que su presunto empirismo se empaña por su acepción de lo oculto como parte del todo, de nuevo el Holismo, así como por la leyenda negra propagada por sus enemigos, muy numerosos, que le presenta como un ocultista ávido que había conseguido el secreto de la piedra filosofal para la transmutación de los metales en oro.
Conocedor de los tratamientos mercuriales y los secretos que modificaban el hierro en cobre mediante vitriolo (sulfato de cobre), sostenía que éste debidamente administrado era recomendable para los enfermos mentales y en especial para los que afectados de epilepsia, pues se encontraba más interesado en hacer medicinas que oro según expone en su libro Archidoxa, que resulta ser un tratado de Química para médicos, algo completamente novedoso y revolucionario. También fue introductor del uso del láudano como analgésico, tintura de opio a la que dió ese nombre, en sus estudios botánicos y de tratamientos para el bocio y la sífilis mediante azufre y mercurio. No obstante, su obra más considerada fue "La Gran Cirugía".
Tachado de hereje, mago, vagabundo y borracho por sus colegas de profesión, abandonado y censurado por sus discípulos, murió el 24 de septiembre de 1541 en Salzburgo, donde el príncipe-obispo Ernst de Wittelsbach, también aficionado a la Alquimía y las Artes Herméticas, le había acogido en sus últimos años. Incluso su muerte se encuentra dentro de la leyenda, pues fue encontrado muerto, acurrucado en un banco al lado de una posada de Slazburgo al lado de un río y llamada "El Caballo Blanco" quedando incógnita la causa de su muerte, tal vez por envenenamiento, tal vez por arma. Su tumba fue saqueda y sus restos desenterrados en repetidas ocasiones.
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