Yo no soy quién
para sacarte de tu error,
tuyo es, luego tal vez yerro yo.
Juegos de palabras cruzan
entre Granada y Arganda,
variando posiciones
de identificaciones y huellas
que sigues hacia atrás, detrás de tí,
y el barro trás de mí.
Vaguadas que horadan cárcavas
de convexas opiniones, cóncavas razones.
Nichos de clasificación y ciclos sin concierto
sólo tapizados de signos celestes y malvas,
rotos de un rosa floral y mullido,
son el camino, siempre el camino,
hacia tí mismo y tan lejos
de todo lo que quede escrito.
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