miércoles, 23 de mayo de 2012

Fúnebre

Patio de los "callaos", bordeo tu tapia de ladrillos, cada año tu más transitada acera.


De lejos, la noche ahuyentada por focos como si un campofútbol se tratara, de lejos fantasmagórico partido de osamentas que calcina tal luz que hace imposibles para siempre las sombras.


Al paso se me cruzan paradójicamente grupos de fumadores y otros faltos y necesitados de aire, islas de puntos suspensivos que flotan aquí o allá entre murmullos, risas o llantos que se desmembran tan deprisa como las células se descomponen ya el cuerpo presente para abandonarlo y mutar hacia otros compuestos.


Ataúdes tapados y destapados, ventanas al otro mundo, a este lado y al otro. Muertos, como muñecos pintados que sólo asoman el rostro entre cruces coronas de flores cerúleas y unas falsas candilejas eléctricas en las que la luz titila helada y produce una fugaz corriente, apenas presentida, de sombras y dudas ante la faz aquietada de los finados.


Finados, difuntos, muertos, expresiones de sentimiento, cada uno el suyo para acompañar a los parientes, aquellos que enfrentan y suman una perdida a otra, la factura del asunto, el tránsito penalizado, cuesta la intemerata. Eso sí, disponen de una caja acorde al rango y posición del fiambre, amén de una salita con dos ambientes de moderno y sobrio decorado, baño incluido, apenas roto en su gama monocromática por un sillón de azul mortecino con brazos color bronce matado como corresponde.


Un sofá, una mesita, y sobre ella caramelos para aclarar la carraspera que produce la emoción y el llanto o, simplemente, hacer fluir más fácilmente las palabras de parientes, amigos y conocidos que desfilan y dejan su bagaje de dolor compartido y deber cumplido entre otros prosaicos comentarios que ayudan a pasar el trance y el tiempo, por supuesto también ponerse al día de los vivos.


También sobre la mesa, una publicación pone al día del pasado, presente y futuro de lo fúnebre. Últimas tecnologías y avances en materia de ritos funerarios, el último grito en inhumación o cremación de cadáveres con carácter ecológico. Ahora los muertos cuando vivos o sus parientes pueden ser eternamente ecofriendlys o, incluso, desaparecer más que Houdini en una suerte de disolución universal con los principios de la pila alcalina.


Chistes ad hoc, gastronomía, historia, festividades, ripios y hasta pciones de crear libros memoriales con las obras y biografía del, por última vez, protagonista completan el catálogo que cabría titular "Adiós, Mundo Cruel".


Que si algo queda al final, las penas con pan serán menos penas.

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