Ignorantes políticos, manos a la obra recortando a diestro y siniestro cabezas pensantes y líneas de investigación, que inventen e investiguen otros.
Erial de cerebros, ay Valencia, convertida en feudo de despropósitos y errores, salir de Málaga para acabar en Malagón.
De trajes que no llegan al cuerpo y desnudos de ideas vestidos, clase dirigente entrando a deguello en lo indiscutible, escondiendo en arcas la corrupción y la idolatría de sectarios y lameculos pagando óbolos, enterrando en inmensos monumentos funerarios de diseño y firma el último vestigio científico asesinado por la más burda y torpe ignorancia.
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