He visto nacer las aguas de tu cuerpo
en mi sola compañía,
desnuda presencia rota
y comprimida, aguas de fuego
caminan sobre voces,
son de voces, cuando tu éxtasis cantas
a la negrura del miedo, al límite del tiempo
rápido y arañado entre tus dedos
deslizando espirales de tierra
poblada y subterraneamente invadida
en raíces de pensamientos.
El sol quema los pasos calcinando
caminos de infinita
lontananza donde dejar la vida.
He visto llorar corazones
regresando el camino
sin vida alguna
cuando el aire se queja al silencio
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