jueves, 24 de mayo de 2012

Una Vez

El tiempo necesario para escribir estas palabras

nunca es suficiente, como el amor, con una vez y

en un instante a esta eterna y derrotada lucha

de darle tiempo al tiempo, constante observadora

de sueños aplacados en luz del día y que

sólo se atreven a desatarme en su piel

en noches de plenas lunas ataviados,

invasores de mis miedos,

deseos y del alma desnuda repleta de soledad

avisada y retenida en el vacío de la muerte

enfrente de mis días, cierta promesa, cita ineludible

entre planes conspicuos de hazañas

para sobrepasar la vida en la media edad de si misma

pendiente del amor que no recibe pero apenas del que da

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