Nunca acabar de aprender,
menos de errar.
Vagabundos de sentimientos
y eternos aprendices de relaciones.
Consecuencia de los actos
dados en la certeza de los hechos.
Tiempo cambiante desde la perspectiva
de cada célula y el ojo
desnudo va acertando
con mayor precisión la falta, el vacío
sobre el abismo que nos abarca.
Patrón de conductas que impulsa
el estado vital a golpes de timón
y vientos impropios, pocas veces
favorables a la bonanza.
Contenido aliento de piel resquebrajada
en soles contaminados.
Murmullos de sucesos, noticias parciales
sobre magnificados hechos
predeciblemente manipulados.
Repetidos esquemas, acciones, compulsión
a un mundo neurótico.
La soledad procurada como castillo
de naipes en incesante construcción.
Por la palabra de esta raza humana inmolada
en ambages pretéritos
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