miércoles, 13 de junio de 2012

Odio

Odio la informática. A veces, en plena concentración y culminación de la expresión definitiva del pensamiento algo se trastoca y lo hace desaparecer al vacío cibernético de una forma tan asombrosa como terrible.

En algún remoto, inexpugnable y extraño lugar se encuentran los cadáveres de mis textos. Siempre se van los mejores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario