lunes, 11 de junio de 2012

Perfil

Aquel perfil resultaba idóneo. Capaz, voluntarioso, amable, inteligente, confiable, con sentido del humor y del deber, incluso aunque nadie se lo pidiera. Presentaba todas las características afines a sus propósitos.

El primer paso había sido desinformar debidamente y crear una incertidumbre suficientemente sólida, nada mejor que la incomunicación y la negación para conseguirlo. La mayoría cree en que existe una democracia a todos los niveles y, por ese sueño, pasa toda su vida laboral perplejo.
El segundo refutar escuetamente y sin lugar a replica todo argumento, a ser posible con un sólo calificativo rozando levemente lo personal y que desarmara al adversario.

Y al fin el más delicioso, el más genuino grado de sofisticado control: a partir de la nada, del vacío mental generar expectación, algo que producía uno de los más culminantes placeres de la erótica del poder sobre las masas.

Mientras iban colocando zanahorias y minas, iniciaron algunos cantos de sirena hacia aquel perfil que tan repentinamente se sentía apreciado, tenido en cuenta, reconocido y, sorprendentemente, requerido de diálogo.

Aquella utopía podía ser ahora, la posibilidad de cambiar y mejorar las cosas desde dentro, tal vez también conseguir un sentimiento de pertenencia al grupo desde la necesidad de transformar su propia vida, incluida por supuesto una compensación económica aun de forma modesta.

Primero alabaron su colaboración inestimable, con carácter urgente y unas condiciones algo sacrificadas. El perfil habló y aceptó. Después, las condiciones ya no serían aquellas sino otras provisionales aunque igualmente, aceptó. La crisis recortante y exprimidora que a todos nos exige hombros arrimados, comprensión y buenas voluntades.

Llegaron sus vacaciones e improvisadamente, el perfil fue requerido para realizar una labor imprevista. Su primera reacción fue aceptar pero en función de condiciones que habría que determinar por lo extraordinario del caso, una ligera presión dado el sacrificio que creía justa. Conseguir unas mínimas condiciones que se estudiarían conforme a la exigencia. Un departamento lo pasó a otro, un jefe a otro y al cabo de varios días, la respuesta reposaba encima de una mesa donde ... no había respuesta ni condiciones, sólo el traspaso de aquellos días vacacionales interrumpidos a un periodo posterior. El apremio de lo administrativo se impuso y alguien recordó al perfil y decididió llamarle.

Segunda modificación de condiciones, segunda aceptación de ¿cuántas? Precedentes peligrosos, con buenas voluntades no se va a la compra. Comenzó a comprender e intuir la verdadera naturaleza, pero postpuso su respuesta unas horas. La jugada se representó nitidamente ante sus ojos: Trabajo sucio y mano de obra barata, pedir de forma que parecen venir dando, no había más, pero lo peor alguién estaba siendo pagado por tomar decisiones que no tomaba. Cogió el teléfono y llamó, la respuesta era "no", y expuso sus motivos quizá no a la persona adecuada, no, sólo a otro perfil.

La edad y la experiencia no son nunca suficientes aunque sirven para aumentar la capacidad de reacción.

No hay comentarios:

Publicar un comentario