domingo, 10 de junio de 2012

Ricosdalgo

Y de esos ricosdalgo

de fortunas pergeñadas

al calor del ladrillo fraguadas,

o de aquellos otros que nadaron

entre dos aguas de editoriales

mundos para metamorfosear

cuartos poderes a las finanzas

entre sociedades infinitas

de conexiones inauditas,

matemática cuántica y propiedades

asociativas, conmutativas, reflexivas,

peyorativas y especulativas.

Se creo el decimoquinto infierno de la marca

y el destino, la distinción entre adosados

y unifamiliares

de lujo ribeteados,

la valía y la escuela de pago uniformando

hijos herederos,

conductores de motos y buenas pitanzas,

usuarios de borracheras

que acaban en bienandanzas

para el humo luego echar

desde altos coches

barridos del estigma de andar.

"No puedo viajar en metro,

huele mal".

Escupe a la cara de la gente fea,

sacude la estudiada melena

de la despreocupación

atisba a las nenas, suelta gracias

disuelto tras la copa,

y opina, profesionalmente, que el trabajo está mal

Hablar de sí, hablar de sí mucho, es joven, puede,

es rico, se le permite.

Convenientemente metido

en de la ropa de la tribu elegida,

discute si hay Europa

en la Copa, no más.

Eso sí, ser español más que ninguno,

más que nada, de España

en la mirada y abanderada

en formato pulsera, chapa o parche,

y hasta tirantes si le estiras

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