Como es poder, y no querer, dejar de hacer el debate del estado de la nación. Triquiñuelas, ocultismo, el poder ejercido sin el menor atisbo de pudor ni reglas democráticas, aquellas que permiten la ilusión de saber que pasa y que hasta se puede votar algo distinto. Un reino de confusión y mercados donde despojar la dignidad y esfuerzo de los ciudadanos a costa del bienvivir y el malhacer de nuestros políticos patrios habidos y por haber.
Échale guindas al pavo ... por aquellos tiempos que creímos tan felices ....
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