viernes, 22 de junio de 2012

Último Refugio

Resuena hueco

el fragor viejo

del saxo cansado.

Premeditados, girados pasos,

requebradas mano

sobre cadera,

mano sobre mano,

Reflejos brillan

escapando desde espejos

de moscas cagados

cuando quiebra

el crujido del músico

sobre el tablado y

un cuello de camisa

demasiado almidonado.

Gotas de sudor caen

a cada nota,

resbalan por su espalda.

Escasos parroquianos

se aferran a este baile

como último refugio

al desencanto, al olvido,

en tanto otros baten

el vidrio del fracaso

sobre el mármol

No hay comentarios:

Publicar un comentario