Mis pies entre hojarasca, sorteo los árboles
desnudos, exclamaciones de ramas sorprendidas
tienden ramas grises.
Adentro el bosque de las columnas vivas,
apareces y desapareces,
espejismo que la vida lleva y trae,
no, no tienes sentido y sin embargo,
a fuerza de aparecerte, me he acostumbrado a tí
y de alguna forma espero tu regreso.
Avanzar, no puedo estar quieta,
no voy en línea recta,
siempre sorteando obstáculos,
perdiendo el camino que traía, la pista
cambiando el rumbo, creando nuevos pasos
sobre el espacio aun no hollado.
El aire quema helado el rostro,
agita la respiración anhelante, eres otro y luego otro,
y el mismo siempre en mí, producto de mi imaginación,
de mi sueño. Y tallo tu rostro en el dris de la corteza,
para apartarme pronto, pues llevo tu rostro
en la yema de mis dedos grabado
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