Andamios y gradas, un sol ácido y vitriólico sobre la piel, Castellana patas arriba. Apoteosis.
Honores y loores, aclamaciones y sonrisas beatíficas. Advenimiento.
Exorcismos, paz y cánticos. Domenique-nique-nique ¿O Nike? Quizá haya sponsors.
Dominio de la entrepierna, proyección del control, pensamiento impropio. Blanco nuclear y radiación divina.
¿Cuántos panes y peces para Somalia? ¿Cuánta paz y dignidad para el resto del mundo? No, sólo confesionarios express, culpas y expiaciones.
Un gobierno estupidizado y cobarde, intereses inconfesables y un terreno abonado: un país de azotada Historia al sometimiento secular de los que medraron a la sombra del poder y anularon, desde su más tierna infancia, mentes maleables con la amenaza de castigos y el miedo de que todo lo que uno es es pecado.
El Señor, lo que dicen que dice ese tipo desconocido y siempre oculto, siempre ocurrente y cambiante según soplen los vientos o quién lo interprete. Hay que tener fe y carecer de todo lo demás para seguir fanática, ciegamente, tamaño esperpento.
Ambrosianos ocultismos, acalladas violaciones y abusos, arcanas finanzas. La hostia.
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