viernes, 7 de septiembre de 2012

Equívocos

Sin ojos, palabras unidireccionales

y anhelos servidos en nubes de alma

que, abalanzadas sobre un yo, atrapa

débiles señales en una torpe red

pugnando por ser universo,

amo, dios, omnipresencia

de todo el tiempo, del día que sigue

a la noche, que sigue al día

y al infinito inexorable

equivocando día, noche,

semana, mes y año.

Tal vez hablé las palabras

que hubiera querido escuchar

provoco la explosión de la vida

y un renacimiento que olvidé

vivo en mí pero, ausente

de sentimiento, desprendimientos equívocos

y esa ausencia de pudor disfrazada

de pretendida inocencia,

mortal juego de experto ególatra,

se acaban aprehendiendo después

de los sentimientos, de desnudar el alma

rasgando sus vestiduras, de mostrarnos

realmente soñados y recibir equívocas muestras,

juegos y adivinanzas, infundados tormentos

de silencio o no enfrentar, afrontar,

la palabra del otro con el tiempo,

ni siquiera a tiempo,

que siempre nos equivoca

para acabar traicionándonos

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