viernes, 21 de septiembre de 2012

Reloj de Lápida

Arranqué la hoja para mañana,

pasé página de un mes que, a veces,

siempre parece el mismo.

Me despedí del dibujo de las frutas

pintadas que caen de una cesta,

dejo paso a un dibujo que no me gusta,

una casa marrón

de puertas azulgrisáceas

enmarcada de un cielo nocturno,

como los meses que siguen

y la oscuridad que hay ahora.

El tiempo parece suspendido

en el aire, mientras recorro

incoscientemente mis pensamientos

y te miro, al otro lado, te observo

distraidamente, como respiras,

como miras cuando hablas.

Tus manos largas, tus dedos

algo nudosos que esconden

aún secretos por desvelarme,

al menos tengo esa pretensión

absurda, lo sé, cuando no sé como

seguir ni porqué, cuando ya no estás.

Mientras, el calendario de la desgracia

no pasa hojas nunca, sólo las acumula.

Busco la complicidad de los elementos

para que el aire me eleve,

y el sol me seque por siempre

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