martes, 4 de abril de 2017

Infinito

Hoy, otra vez, resisto el pellizco del costado con el que vivo, los pensamientos terribles que me asaltan, el miedo atenazado a la garganta y los disfrazo de este viejo personaje que creéis saber y se ha ido forjando a base vuestras pretensiones de conocimiento y mis comportamientos corteses.

Ella, él, ellos fueron mis circunstancias que inercias de  lealtad y azar forjaron a mi alrededor. No negaré que mis humores tuvieron gran parte en esas, llamémoslas, decisiones que creí tomar con buen juicio y resultaron sin tino.

Me miráis y no véis si no un venerable anciano de reposados gestos, entrañable debilidad y cordial humor. Pero no se concibe lo que fuí, cómo pude serlo, nadie comprende que yo sigo siendo un hombre y bajo esta carne yerta el corazón se resiste a morir, sobre estas manos sigue pesando la búsqueda del contacto humano y aún poseo él hambre insatisfecha de las caricias, a veces brutales, otras delicadas y etéreas, de la voz dónde sólo yo exista, del imposible amor que se resiste en mi a no existir.

Mis ojos son grises y llorosos, guardan la tristeza de la lluvia sobre el mar, pura agua, sobre agua, gris infinito.

Esto se acaba y ser infinito me incomoda, la eternidad es un lugar incómodo cuando sientes que no has vivido aún lo suficiente pese a tú envoltorio  caducado antes de lo previsto.

Escondo recuerdos desaparecidos entre una soledad cada vez más descarnada y el inconfesable descubrimiento de que empiezo a olvidar algunas cosas y a repetir otras, otras... sobre el mar, pura agua, gris infinito....


No hay comentarios:

Publicar un comentario