En la trayectoria de nuestras vidas, en ésta, nos aproximamos y presentimos el imposible encuentro.
Tantos miedos, dudas, son nuevos e impensables pero estaban ahí esperando agazapados su momento para derrocar aquellos impulsos no refrenados que llamamos mi yo libre en la creencia de ser.
Busco tu centro perfecto, sin llegar a rozarte jamás, en un hueco de la palma de tu mano o en tu cabeza hendida.
Juegos y encuentros que desapareceran, marcan el rumbo de mi asíntota, familiarizando olvidos y abandono, omitiendo lo sucedido y antiguos pasajes recreados de los que fui objeto aunque nunca decisivo.
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