De Templanza, castigada
la frente, flamígeras
realidades y ahuyentando
deseos encontrados.
Equilibrio de cuerdas y tornillos
flojos y perdidos,
tránsitos imposibles
de muertes vividas
y vidas muertas,
de oportuna llegada
y retirada prudente,
hasta en la hora de la muerte.
Muda comprensión,
comportamiento y respeto,
echada y hecha, a si misma,
de menos
en la evitación
de provocaciones y cataclismos,
escondida entre desesperación,
azotada de galernas,
discreta a ojos ajenos,
entre abismos sumida
de dominados sentidos,
contenidos impulsos
responsables de su pecado.
La que se va siempre
y nunca te esperas,
envuelta entre las sombras,
sin mirar atrás
No hay comentarios:
Publicar un comentario