lunes, 28 de mayo de 2018

Carácter

Ante la pantalla, enlaza el modo novela con sus propios pensamientos.

Casi todos han ido desapareciendo, y de los que quedan apenas consigue lo que espera, lo que siempre fue y hay que seguir haciendo en y por la hacienda, la posesión de la tierra y el legado de sus mayores. No, ahora en cambio le regañan para no escuchar sus quejas e insatisfacciones, siempre se justificó en la insatisfacción, “si hubiera ...”, “si yo ...” Pero jura y se jura que todo lo hizo por sus hijos, ahora que la duda sobre ellos se aparece en el lugar en el que debía estar Dios. Ni cincuenta millones de rosarios, ni 200 millones de misas consiguen ahuyentar la grieta que resquebraja esa fe transmitida oralmente hasta en un imitado latín fonético que ya no consigue extender ni contagiar a sus descendientes. Nada es ya cabal ni previsible, ni siquiera las células de su cuerpo se comportan como debieran y solo queda someter su rebelión al deterioro.

A veces, en un arresto de los bríos que caracterizaron su persona, vuelve a la cruzada de la fe con sus nietos más pequeños a escondidas de sus padres y antes de que sea demasiado tarde.

Tener alguien al lado fue siempre tan necesario para echar las culpas y discutir, ¿por qué si no que sentido tendría la vida?

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