Nuestro amor
se acabó
en una caravana,
escudriñado
por dos gatos
que vigilan
mi espera
de los días
por venir,
de las horas
que arrastro
hasta que vuelves
sin vida.
Y morimos juntos
inmolados
al humo acre
que sostiene
nuestro amor
eterno e infantil,
la tierra como
paraíso de
nuestro libre
albedrío...
Acaban
y empiezan
los días,
todo se va
desmoronando,
mi fe se desdibuja
en un camino
nuevo:Yo,
yo sin tí,
a pesar de tí
y después.
Sin más
que el insomnio
vomitado
del cielo
que se estrella
en mi cabeza
para negarme
mi lugar
en el mundo,
sin refugio.
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