Hay tantas respuestas
que se saben,
tantas como preguntas
no se hacen,
sobreentendidos
malentendidos
y palabras que nunca
se pronuncian
para no encadenar
voluntades,
ni echar cierre
a los grilletes
de la confianza,
por no malgastar
más palabras
en esas escasas
horas que arañamos
y ni siquiera
me otorgo llamar
nuestro tiempo,
y en otro hubiera
provocado a los
dioses por retener
cada instante
y dejar todo hablado
No hay comentarios:
Publicar un comentario