siempre vuelve
tan a destiempo.
la misma historia
que se repite
en la misma tortura
de los pies que corren
sin moverse del sitio.
Esa presencia que
nunca está aquí,
pero retorna sin
comprender.
Mis ojos fragmentan
tu imagen en un
caleidoscopio
siempre distinto,
mis ojos ya no
te ven lejos
ni cerca porque
ahora mantienen
su propia equidistancia.
Ya no busco
tus horas, ni aspiro
al aire de tus palabras
nunca pronunciadas
que alguna vez
deje escapar por la mía.
Precisas tanto
como nunca he tenido,
retroiluminados,
no hay manos,
ojos, emoción,
pero aún guardo un
resto de tu voz
No hay comentarios:
Publicar un comentario