largo me lo fiáis.
Ajenjo de mis días tomé
para destilar mi cáliz
borracho de cariño falto.
Parco en palabras,
ahogado de falsas
esperanzas lancé
el viejo corazón
sobre las llamas.
Ardían cintas y
prendieron extraños
reflejos, sones y sonetos
aumentaban la pira
en la que debí haberme
consumido para siempre,
Bajo una sola lágrima,
fue apagado tan
flamígero espejismo.
Un golpe confeso,
un instante fuera de los
focos, sin público
ni guión, abandonada
la inerte costumbre
que aquí nos trajo,
y en la medida que perdía
la visión de tí,
ganaba mi punto de vista
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