lunes, 9 de marzo de 2020

Cerradura

Ahí cierro la puerta,
mi puerta de servicio
donde echar la basura,
admitida a ser más
siempre que sigan
soportando mis espaldas
malos y peores humos,
pueriles justificaciones que
tratan de envolver
incesantes justificaciones
para sobrevolarme sin
verme, seguros de que seguiré
aún a pesar de mi misma
en cuarto menguante.
El eco del dolor vibra
incesante y atenaza
una nueva probabilidad
de no escapar jamás, de
ser la única eternidad
ahora, también después.
Constante, espero
de los muertos
que me habitan
la transición inánime
del ruido de los días
que todo lo invade,
a la inutilidad de la noche
que devora cuadrantes
inservibles en el techo
de la madrugada.
Tus ojos ya no se atreven
a seguirme,
mimetizo mi sombra en
las vías que surcan el destino
¿Es ésto la Suerte?

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