Todo beneficio común acabó sepultado en aras del propio. El lugar más cercano a la existencia de la utopía se enrareció aceleradamente aquellos días y los animales que se llamaban a si mismos humanos medían y jizgaban los actos de sus congéneres sin reparar en los propios.
El copago sanitario resultó ser el último grito en negocios lucrativos o como pagar dos veces por recibir la mitad.
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