Me miran sin verme, esas cara sonrientes, por encima del bien y del mal, de la necesidad y el paro, de las obligaciones y el trabajo. Los buenos y los malos. Dios y Demonio, la patraña más vieja del mundo.
Voracidad Aguirre y Común Goméz, sobreentienden y se autopresuponen soluciones y salidas, pero mientras se dilatan en asuntos ajenos mientas abundan en la descripción de los errores y maldades de sus contrincantes y adversarios. Pajas y vigas en ojos ajenos, ni idea de que quieren hacer ellos o que exactamente proponen en sus programas electorales, ¿o eso ya no se lleva? Promesas veladas y entretelas.
Fotos y panfletos se acumulan por toda la ciudad y colman los buzones sin dicha. Esa gente de la que nunca oí hablar aparecerá y desaparecerá en los próximos días. Unos gritan, "mira, que te querello", y otros callan pero todos quieren repartirse el pastel, a ver quién se lleva el trozo más grande con las vestiduras más o menos rasgadas.
Discursos de líderes de la gente común, esa que paga sus hipotecas pero ¿y de los que ni pueden pagarla o nunca la tuvieron? Esos no existen, será.
"El tabaco advierte que el gobierno es perjudicial para su salud" muestran entre caras divertidas y complacidas en su transgresión y ocurrencia.
Un atajo de irresponsables en pugna por los dineros, quién se los lleve habrá vencido, mientras el despilfarro de la campaña sigue escapando entre en anuncios, "slogans", papel y humo, humo y un quítame allá esas pajas.
Los demás seguiremos perdidos, pero me gustaría saber como canta Lissavetzky eso de la calle donde vives, sobre todo si me trae flores ...
No hay comentarios:
Publicar un comentario