Dirán tu nombre,
y los que no lo digan
lo escucharán hoy.
De aquel que hizo reír,
yace ahora el silencio
y se esconde, apenas oculto,
entre las mil caras
de todos los personajes
a los que le vimos dar vida:
unas veces sobresaliente
ser insignificante
ante la vida, héroe mortal
ante la adversidad o el amor,
o la locura, otras sólo el absurdo.
Retratos de una época,
salpicados de feroz sátira,
y costumbres reveladas
como censurables.
Siempre el guiño cómplice
al espectador, antihéroe de leyenda,
inocente caradura de blando corazón.
Y la mueca eterna
del dolor hundido en una cabina,
bigote y oscuros ojos
de sensible inteligencia,
rápidos en atrapar el preciso
instante de magia entre trabajo
y creación genial:
Don José Luis López Vázquez.
No hay comentarios:
Publicar un comentario