Manos dadas
a manos llenas en las tuyas
sorprendida, de incomprensibles
sentimientos escondidos bajo la piel
y en el brillo de nuestros ojos anegados,
lenguaje de estrellas fugaces
desde opuestos viajes lejanos
en firmamentos de ciegas estelas perdidos.
Incrédula inquietud por haber encontrado
lo que siempre inconsciente
sospeché haber perdido aún
sin comprender que nunca había tenido.
El mundo es otro lugar nuevo
si tomo aire en tu respiración,
si vivo entre tus latidos
para nacer de nuevo entre tu voz a sones
embebidos en sexo de sombra y lirios.
Donde quise llorar sólo encuentro felicidad,
donde quise olvidar sólo
nuestro encuentro cobra sentido.
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