miércoles, 9 de mayo de 2012

Apurando

Cuando la inspiración llega es difícil contener sus exigencias, desplaza el sueño, las relaciones humanas y campa por sus fueros fuera de toda razón.

No atiende a mis necesidades de sueño y olvido, me apremia y empuja a escribir malditamente por encima de mi cadáver.

Si intento distraerla y apartarme me asedia en espirales de palabras azotadas en huracán rugiente.

Apurando el último resquicio de fuerzas prosigo con la maldición de Prometeo grabada en mi frente y entrañas, el castigo de Sísifo en mis manos cargadas de empujar la vida.

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