Cuando vuelve y te mira a los ojos el pasado, tal vez te sientas de nuevo perdido, inundado y azotado por los mismos sentimientos, o tal vez no. Sabrás entonces si algo ha cambiado en tí.
Marqué la distancia para adquirir el olvido, me impuse castigo y penitencia, yo que no creo en pecado ni dios que lo fundó.
Fui deshaciéndome de tí entre otros ojos, manos y caricias mecánicas tan ajenas al amor, a nosotros, a aquellos momentos de complicidad nocturna en que el mundo nos pertenecía por completo libres, locos y felices, despreocupados por unos instantes que llamamos eternidad, amamos nuestra libertad encontrada ante nosotros y reconocida por única, quizá última vez.
Perdida en los brazos de tu recuerdo como no espero ser abrazada de nuevo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario