Ufanos de diversos,
divergentes menesteres,
donde diluyen en los días
disipados o desvaídos recuerdos,
vagos sueños de
un infinito cansancio
donde rendir pleitesía
cada día,
día,
cada día, una
y otra vez,
inexorablemente.
Ojos de agua estancada,
miradas cercadas
en la espina dorsal
de la melancolía.
Siempre perdidos
y desconocidos,
extraños,
botellas sin mensaje,
ni medio vacías
ni medio llenas.
manos que me faltan
y nunca llegan,
tus manos nunca
vuelven a ser
como quiero recordar.
Respirar besos
atrapados en luz
artificial que creo
saber encender
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