El cansancio de la espera en la sala de la terminal, tras largos días de esfuerzo extraordinario y largas horas de trabajo feroz en lugares ajenos y alejados.
Momentos de compañerismo y risas, de anécdotas y confesiones quedan ahora mudos y olvidados en el agotamiento del todo dicho y el límite del cuerpo al cansacio.
Noches de magia robadas al sueño para prolongar la diversión y la complicidad en barras de alterne, clubes, y pubs. Todo eso ya no vale ahora en este instante en que el fin ha llegado y el regreso es el único anhelo.
Demasiado alcohol, demasiadas risas, demasiado tabaco, demasiado tiempo para aguantar más. Dormiré en el avión.
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