viernes, 6 de julio de 2012

Demonios

De aquellos demonios,

compañeros fieles,

amigos afincados,

enemigos atrincherados,

escenario de mis días,

música infernal de fondo,

el cuchicheo y el veneno

destilados en un pequeño

cuarto de lámpara de quirófano

para diseccionar el odio

y dorarlo en píldoras.

Creí habían desistido

en aparente serenidad y

aceptación de mis sacrificios.

De la mella

en mis naves,

noches de zozobra,

y naufragados días,

la ventana abierta

el suelo acercándose

el sentido precipitándose

sobre el hueco,

volví a recibir visita,

blande imprevista la censura,

el miedo, la inseguridad, el abismo

de ser capaz o quedar incapacitada,

la opresión del pecho, lugar favorito

dónde se sientan y, agazapados

en la sombra,

cruzan el techo de la noche

que calculadamente arañan.

Lo nuevo, lo extraño, el comienzo,

el objetivo, el cambio, demasiado

para seguir pisando

un mundo conseguido,

alcanzado y fabricado

de imágenes y semejanzas,

previsiones antideslizantes

y al que siempre poder regresar

como refugio y punto de partida.

Seguro error dónde,

bufadores, nacen del mismo

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