miércoles, 1 de agosto de 2012

Continuación

Quisiera continuar escuchándote 

con los ojos abiertos, con los ojos cerrados.

A continuación y entre lapsos 

de conversación. Saltamos de un tema 

a otro, perdiendo y regresando al hilo

de nuestras revelaciones.

Tanto que contar en tan poco tiempo

que comprimimos hasta nuestra respiración

para prolongar los segundos.

Hace demasiado tiempo 

que no hablabamos así

¿es posible?

Encuentros y reencuentros contigo,

conmigo, no tengo ya costumbre

de explicarme, de volverme a nacer,

acostumbrada al ser

convencido y solitario a la luz

del adulto. Olvidadas identidades

de risas y libertades, sometidos

al deber, el compromiso

y la lealtad cuando

quizá nos faltamos a nuestra propia fidelidad

posponiéndola por conocerla, sin duda.

Retener un abrazo tímido aún

sosteniéndonos en mutuo apoyo,

reconociéndonos por saber

que callamos más que hablamos,

donde no llega la voz.

Seguiría toda la noche

escribiéndote las más bellas palabras

que conozco y he vivido en mi experiencia,

bajo un cielo negro de blanquecina tormenta

cuando la lluvia refresca la piel y nos ofrece

una tímida esperanza de puertas abiertas.

Busco una luna común en el aire que respiras

y envolverme en él desapercibida, 

inadvertidamente, a tu alma 

y, en respetuoso silencio, mirarla a los ojos

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