miércoles, 24 de octubre de 2012

Fajadores

Se quiere matar, cuando no admite consuelo, solución ni futuro, desgarra y confunde todo, golpea locamente una y otra vez lo posible, abarca el tiempo, la atención y el espacio, fagocita el alimento con ansia depredadora y canibal para extinguir toda existencia, la más mínima posibilidad de cambio o nacimiento.
Quiere atormentar para siempre las almas, arrojar el infierno sobre nuestras cabezas por qué la suya arde.
Inflingir al mundo el odio que siente, ese agarrotamiento que no le deja vivir, pensar, atado a una pantalla donde pretende descubrir la verdad absoluta, la manifestación que sólo podrá obtener y le será revelada en exclusiva para el sometimiento de las voluntades, y ser admirado al fin, por siempre jamás.

¿Qué más podiamos hacer? Sólo seguir ofreciendo rosas a cambio de espinas, esperanza de días mejores en la negra locura que le envolvía, futuro cuando negaba el presente y se aferraba a un pasado sembrado de culpas y fantasmas inexistentes. Algo no funcionaba en su cabeza, en su cuerpo, y se arrojaba a golpearlo una y otra vez contra todo y todos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario