El corazón se detuvo un instante junto a mi respiración.
Acababa de llegar, su presencia más intuida que vista recuperó mis latidos y el aliento de otra persona más joven, más insegura e impulsiva, un desbordado sentimiento por saberlo todo de esa entropía apenas mencionada.
Cualquier comentario, cualquier excusa, un post-it con mi extensión y teléfono particular. Ahí queda: nada queda porque nada hay. Sólo la admiración de su presencia, en su forma de caminar, desde su voz y palabras, por la risa que aprecio en aún tan pocos y breves momentos cruzados que quisiera detener y prolongar.
El corazón y la mente, generalmente indiferentes, caen por un tobogán hacia lo desconocido, otra vez solos y aventureros, locos y asustados, en un irrefrenable espejismo plagado de áridas realidades y certezas de lo imposible: lo que no puede ser no puede ser y además es ...
Apenas puedo retener su cara en mi pensamiento, su olor aspirado se escapa como el agua entre los dedos. Los días pasan y nada ocurre, ni debe ocurrir.
Pero me sigo sorprendiendo como una loca adolescente a mis años, mientras pugno por mantener una distancia suficiente mutuamente digna y respetuosa.
Total ¿quién soy yo para irrumpir/interferir en la vida de nadie? ¿Quién es él salvo un perfecto desconocido? Y a pesar de ser consciente de mis limitaciones y carencias, quiero transgredirlos antes de que la vida pase y sea otra vez tarde y de nuevo nunca.
Bellísimo Sue, choque de emociones, pero que bueno es volver a sentirlo ¡¡
ResponderEliminarLos impulsos nos mueven, nos incitan… pero no nos mantienen en movimiento. Claro que el movimiento continuo no existe, así que puede construirse como una sucesión de impulsos. Y nadie dice que impulsos y reflexión no puedan convivir en pacífica alternancia. Difícil cuestión la de la protagonista, que parece reflexionar sobre si seguir o no un impulso. Contradictorio. Y ahora tu “Impulso” incita a la reflexión. Enhorabuena y gracias.
ResponderEliminarGracias por sendos comentarios Cly y Unknown, quién sabe que nos impulsa, desde y hacia dónde
ResponderEliminarLa vida consiste en interferir, interrumpir, mezclar ... pura entropía.
ResponderEliminarGracias Celebes3, sin duda tan importante experimentar como cambiar de experimento
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